domingo, 2 de febrero de 2014

Tipo qué

¿Qué dirá la boca de ese hombre que no para?
¿Tanto tendrá para contar?
Le toca la tuca en la ronda soleada. De vez en cuando, un trago de birra lo para pero sigue a un ritmo acelerado.
No hay conversaciones sin dos pero tampoco monólogos sin público.
Si el faso se acaba, se renueva para ser compartido.
La mano y los brazos tatuados acompañan el gesto, el ritmo, que nada tiene que ver con la paz que lo rodea y que sea, tal vez, lo que lo enloquezca.

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